Todo se ha calmado, pero las secuelas son obvias. Los rumores de una maldición circulan por la ciudad. Delaney cayó en el hielo y se salvó, no sin antes ser declarada clínicamente muerta durante once minutos. Y al regresar, una anciana fallece, un amigo muy querido muere en sus brazos, y otro muchacho muere al caer en el hielo que recubre el lago.
Delaney engañó a la muerte, y la muerte no está satisfecha. Es fácil desestimar estos hechos como coincidencias. La gente muere todos los días. Causas naturales, epilepsia, imprudencia...
Pero cuando una serie de desafortunados accidentes comienzan a ocurrir, todos en torno a Delaney, esas coincidencias se vuelven difíciles de explicar.
¿La muerte en realidad está tomando venganza por el engaño de Delaney, o es algo más siniestro?
* * *
El lago Falcon quiere venganza. Y, al parecer, alguien más también…
Cuando Decker saca del lago el cuerpo sin vida de su mejor amiga Delaney, hace un trato: Cualquiera menos ella. Todos menos ella.
El lago la libera. Pero toma a otro a cambio.
Todos culpan a Delaney por la muerte de Carson. Pero Decker sabe la verdad: Delaney es atraída hacia aquellos que están a punto de morir, y habría intentado salvar a Carson.
O eso es lo que Decker cree, hasta que un cuerpo cae frente a él en un charco de agua en su propia cocina. Hasta que ve en los ojos de Delaney que ella sabía que eso ocurriría… Y no dijo nada.
Hasta que se da cuenta de que no es el lago el que busca venganza. Delaney es parte del plan de alguien más.
Este potente thriller, cargado de emociones, es la continuación de Fracture, el imponente debut de Megan Miranda.
“Una cosa que mi madre nunca supo y que habría desaprobado del todo, era que yo observaba a los Garrett. Todo el tiempo.”
