Esta bien, quizás eso fue un poco melodramático, pero lo siento, me estoy sintiendo un poco melodramática por ahora.
Aquí esta el problema. Mi nombre es Brooklyn Pierce, tengo quince años, y estoy siendo retada por mis decisiones. En serio, no puedo recordar la última buena decisión que he tomado. Puedo recordar muchas de las malas por cierto. Incluyendo esa fiesta que dí cuando mis padres estaban fuera de la ciudad que accidentalmente quemó una casa abandonada. Si, no uno de mis mejores momentos, por cierto.
Pero miren, por eso empecé un blog. Para enlistar lectores para que tomen decisiones por mi. Eso esta bien. Me rendí. Tiré la toalla. Le permitiré a alguien más ser el que decida que libro debo leer para Inglés. O si debo o no aceptar una invitación para unirme al equipo de debate de ese tierno-en-una-tonta-forma chico que me dio el Heimlich Maneuver en la cafetería. (Nota para mi misma: Mastica el melón antes de tragártelo.) ¡Incluso les dejaré elegir con quien saldré!
Bueno, sucede que hay algunas cosas en la vida que no puedes simplemente elegir o dejar que elijan por ti - como de quien te enamoras. Y ahora todo esta más jodido que nunca.
Pero no me crean, lean el libro y decidan por ustedes mismos. Se reirán, llorarán, gritarán de frustración. O quizás esa soy yo. Después de todo, es mi vida.
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