
La Atenea Parthenos va al oeste, el Argo II al este. Los dioses, todavía sufriendo de un desorden de personalidad múltiple, no inútiles. ¿Cómo podrán unos pocos jóvenes semidoses esperar ganar contra el poderoso ejercito de gigantes de Gaia?
A pesar de lo peligroso que es ir a Atenas, no tienen otra opción. Ya han sacrificaron demasiado. Y si Gaia despierta, se termina el juego.
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